La legionelosis es una enfermedad bacteriana, causada por la bacteria Legionella pneumophila (L. pneumophila), que se encuentra en todos los medios donde hay presencia de agua. Y esto son muchos sitos: aguas superficiales de lagos, ríos, estanques, depósitos de agua potable, equipos de enfriamiento evaporativo, etc…
La bacteria L. pneumophila puede producir dos tipos de enfermedades, una más leve como la Fiebre de Pontiac, y otra más grave, como la enfermedad del legionario. Esta última puede llegar a ser lo suficientemente grave como para provocar la muerte por neumonía.
Las personas más susceptibles que poder padecer estas enfermedades son las personas de avanzada edad, personas inmunodeprimidas (SIDA, inmunoterapia…), embarazadas y niños.
Su trasmisión a las personas es mediante los aerosoles que pueden producir las duchas, condensadores evaporativos, torres de refrigeración, spa y jacuzzis, entre otros.
El agua de red que utilizamos en nuestras casas para asearnos, lavar la vajilla, beber y todos nuestros quehaceres diarios viene clorada de la red pública. Pero este cloro a lo largo del recorrido se va evaporando, disminuyendo su concentración y, una vez que este agua llega a nuestra comunidad de vecinos, se suele almacenar en depósitos o aljibes.
En estos depósitos de almacenamiento de agua pueden darse las condiciones idóneas para la proliferación de la bacteria Legionella pneumophila y otros microorganismos peligrosos.